En el mapa siguiente observamos el estado de las reservas hídricas, teniendo como parámetro el contenido de agua en toda la superficie agrícola y lo contrastamos con igual fecha del año anterior.
En lo transcurrido del mes se han ido desarrollando reiterados episodios de lluvias, aunque con milimetrajes moderados y concentrados en la franja este del país. Los acumulados de mayor cuantía se han registrado en zonas próximas a Mar del Plata, con unos 70 milímetros en los últimos siete días. Un caudal similar se identificó en las inmediaciones de Benito Juárez, al recibir unos 62 milímetros en igual período. Le han seguido zonas puntuales del noreste de Entre Ríos y centro – este de Corrientes.
Por otra parte, se han corroborado ciertos desecamientos sobre la mayor parte de las regiones del NEA y NOA, con almacenajes de escasos a regulares. En el primer caso, se aprecia un panorama que vuelve a asemejarse al año pasado, aunque en la segunda región mencionada, los niveles hídricos continúan siendo más favorables.
Siguiendo con la comparación, los perfiles edáficos se encuentran mejor posicionados en el norte de Córdoba, centro – norte de Santa Fe y centro de La Pampa. También se verifican recargas más satisfactorias en la región mesopotámica, a pesar de que, a los primeros días de julio del 2022, todavía no reflejaba una situación crítica.
Hoy en día se sostienen las deficiencias en la porción sur de Córdoba, extremo noreste de La Pampa y noroeste de Buenos Aires. De hecho, los ajustes negativos efectuados en la superficie triguera 2023/24 responden mayoritariamente a la región mencionada.
La diferencia es abismal en el centro y sudeste de Buenos Aires, donde la cobertura de trigo se ubica en torno al 70% del área en intención. Habiéndose destinado una mayor cantidad de hectáreas en relación a la campaña anterior, los niveles de humedad lucen de apropiados a óptimos. Incluso se reportan lotes con excesos hídricos, pero sin riesgo de generar complicaciones al momento.